Directamente desde las antípodas y recién salida en DVD (por desgracia en 2014, año de su estreno, sólo se pudo disfrutar en los cines de Sitges durante su maravilloso festival y en el que se llevó el premio del público) llega a nosotros Lo que hacemos en las sombras: una película atípica de vampiros y hombres lobo, dirigida, protagonizada y con guión propio de Taika Cohen (AKA Taika Waititi) y Jemaine Clement, dos de los cómicos alternativos con más presencia en la escena noezelandesa actual. El primero os puede sonar porque es el director de la próxima entrega de Thor, Ragnarok. El segundo, seguramente no os suene de nada, aunque ya habían trabajado juntos en la comedia romántico-freak Eagle vs. Shark (2007), escrita y dirigida por el primero y protagonizada por el segundo.
La mayoría de las historias de vampiros o se nos han contado en épocas de casaca y chorrera o nos meten una trama de vampiros futurísticos muy alejada del romanticismo de la novela de Bram Stocker. Lo que hacemos en las sombras cuenta, en forma de falso documental y en el tono más sarcástico que las trilladas historias de vampiros pueden permitir, el día a día de cuatro vampiros que sobreviven en un piso de Wellington, Nueva Zelanda, en la actualidad, con todo lo que eso conlleva... hay que lavar los platos, limpiar la sangre de las escabechinas nocturnas y pagar las facturas de la luz. Por no hablar de lo complicado que es mantener una vida social cuando sólo puedes entrar en los sitios si te invitan a ello o si no eres capaz de vestirte adecuadamente porque jamás has tenido un reflejo en el que mirarte, y los compañeros de quien te tienes que fiar son de épocas diferentes a la tuya.
Viago, Deacon, Vladislav y Petyr, que así se llaman los cuatro protagonistas, se mantienen exactamente en las mismas condiciones en las que estaban cuando fueron mordidos. Eso coloca a Petyr en el peor lugar pues fue mordido con más de noventa años y en tiempos de Matusalén. Un amor de vampiro ultra agresivo con aspecto de Nosferatu que no habla ni sale del sótano. Un día Petyr muerde a Nick, un coleguilla del barrio y tendrán que enseñarle a vivir como ellos, aceptar a su amigo humano y evitar que desvele el secreto que tantos años lleva con ellos.
Las noches de Nueva Zelanda encierran más de una sorpresa, pues estos vampiros no son el único grupo de monstruos que deambulan por sus calles. Perseguir a una manada de hombres lobo que lucha por mantener la normalidad e integrarse en la sociedad será el mejor entretenimiento para las noches de farra.
Todo muy absurdo, muy divertido y muy bien contado. Una comedia de terror original totalmente diferente con un humor que aprovecha los tópicos vampíricos para darles una vuelta de tuerca que recuerda sobremanera al estilo de los Monty Python. De hecho, el amable y simplón vampiro que interpreta Waititi y que
ejerce de hilo conductor del "documental", bebe directamente de tipo de personajes que encarnaba Michael Palin.
No os perdáis la que está llamada a ser la gran comedia de culto de la pasada temporada, dadle un buen mordisco en el cuello y devoradla sin piedad, que se lo merece.
