lunes, 17 de agosto de 2015

HE VISTO... Puro Vicio



De hecho acabo de terminar de verla y siento una mezlca entre fascinación y pero qué cojones acabo de ver. La película ha sido renombrada y repremiada allá por dónde ha pasado, yo misma la recomendé en los estrenos  potables de marzo, el director ha realizado videoclips para bandas muy conocidas y protagoniza (esto hay que matizarlo) Joaquin Phoenix. Los precedentes eran cojonudos, pero ahora que la he visto no se si me gusta. Suele pasar con el cine experimental, que, al no estar precedido por nada, no sabes como reaccionar hasta que lo has rumiado todo.

La historia se desarrolla en la California de finales de los 60. Vietnam, los hippies, las drogas... Situados, ¿no? No os despistéis que os perdéis. La esposa y el amante del amante de la ex novia de Joaquin Phoenix quieren secuestrar al novio de la ex de Phoenix, y meterlo en un manicomio para quedarse con todo su dinero. Si no os dado un ictus y sois capaces de seguir leyendo que sepáis que lo que acabáis de leer no tiene importancia ninguna. Por eso decía que Phoenix no es el protagonista de la historia. Tanto él como los casos que investiga sólo son un pretexto para que el director diseccione la sociedad del momento.

Phoenix interpreta a un detective privado fumado que necesita anotar todas las pistas de sus casos en una libreta porque está tan hecho polvo por los porros que no se acuerda de nada. Como ya he dicho la investigación principal gira en torno a él no como protagonista de este popurrí lisérgico criminal, sino como columna vertebral de las diferentes subtramas que se van creando a su alrededor. Cada uno de los casos que se le presentan  nos va a mostrar la verdadera chicha de esta obra: pinceladas del verdadero funcionamiento de la East Coast de los 70 y cada caso presenta un personaje protagonista enganchado a una sustancia. Diferentes estratos sociales, trabajos e ideologías, pero todos unos libertinos, borrachos y drogadictos. La peor de todos, la narradora, esa si que lleva un cuelgue astronómico con ascendente en Sagitario que te despista más que centrarte en la historia, ya de por si enrevesada.

Basada en una novela de Thomas Pynchon, estamos ante un caos narrativo con tantas sustancias ilegales que puede competir perfectamente en la categoría de 'Muestrarios drogodependientes' con Miedo y Asco en Las Vegas y por el premio al personaje principal con mayor nivel de horchata en sangre con 'El Nota' (The Dude) de El Gran Lebowski. Un guión repleto de situaciones, silencios y diálogos absurdos que te hacen sentir como cuando eras pequeño y los mayores hacían una broma entre ellos y no sabías si se reían contigo o de ti. Y al igual que en aquellas incómodas situaciones sólo tienes dos opciones para afrontarlo o te ríes pomposamente mientras te ajustas tus gafas de pasta, hablando de alma y 'ejercicio de cine' (pero no concretes de nada que se dan cuenta que es postureo), o pones cara de póquer y esperas a que tu frustración pase pronto.

Al menos sí puedo opinar del aspecto técnico, pues me gusta el trabajo de iluminación que se ha usado para reforzar el caos psicodélico de algunos planos y situaciones extrañas, o para recrear atmósferas viciadas o percepciones de los personajes y todo enmarcado por una banda sonora igual de dispersa, pero que potencia o disuade cuando se necesita, cumpliendo su función. La elección de temas de la época y su inclusión en las escenas a través de elementos internos de las mismas merece, aunque sea, un aplauso (y todos los premios y nominaciones que ha coleccionado).

Personalmente no tengo claro si soy tan lerda que no me he enterado de nada, o el director ha querido plantear la historia a trazos, como la percibiría una persona tan fumada como el hippie que interpreta Phoenix, contando aquí y allá partes inconexas de una historia de la que estás pendiente sólo para ver si te enteras de qué es lo que está pasando, y al final, pues te enteras de cosas de unos y otros, pero sólo eres capaz de recomendar la película como el fumeta que recomienda 'la canción esa tan guapa de Bob Marley que dice África no se qué'.

Pues eso, devorad, juzgad, y, si lo entendéis, os pasáis por aquí y me explicáis qué pasa con el barco.

No hay comentarios:

Publicar un comentario